La bicicleta puede utilizarse para hacer deporte, para pasear y que mejor que usarla también como medio de transporte, es decir convertirla en el vehículo que nos traslade hasta nuestro centro de trabajo.
Según las estadísticas realizadas por la Comisión Europea, más de la mitad de los viajes que se hacen en auto, recorren menos de cinco kilómetros, distancia que fácilmente puede hacerse en bicicleta alcanzando una serie de ventajas.
Para empezar se gastará menos en el coste de desplazamiento, y al ser un vehículo no contaminante, se está colaborando a la mejora del medio ambiente sin emitir gases o ruidos y lo mejor es que desplaza directamente, de puerta a puerta, evitando perder tiempo buscando donde aparcar.
Además y muy importante, se está haciendo ejercicio físico, obteniendo beneficios cardiovasculares y con solo diez minutos en la bici, se están mejorando los músculos, articulaciones y todo el sistema circulatorio. Ahora que se si maneja por espacio de 30 minutos, se puede hasta perder kilos, bajando de peso de forma considerable.
Pero no hay que dejar de lado la seguridad y utilizar los carriles especiales, las luces correspondientes, tener un timbre, un kit para poder hacer reparaciones, contar con algún sistema antirrobo y no olvidar nunca el casco.
Al ser un vehículo de transporte como cualquier otro, la bicicleta y su conductor tienen los mismos derechos y deberes a la hora de estar en la pista.